Conscientes de la necesidad del apoyo espiritual que necesitan los jóvenes y considerando que ellos son y serán parte de esa iglesia que continúe la obra del Señor, mientras él no regrese, en la iglesia se efectúan retiros juveniles en diferentes regiones y en congregaciones que tengan instalaciones adecuadas a donde asisten jóvenes de la región cede. Y por la importancia de los temas, se reúnen jóvenes y señoritas, bajo la coordinación de las autoridades locales y el diácono que asiste de parte de la iglesia central. La última actividad fue en la iglesia de San Pedro, San Marcos, asistiendo trescientos cincuenta jóvenes para escuchar y entender el esfuerzo que debemos hacer para llegar a la meta.

El trabajo es permanecer y seguir en la doctrina dada por Dios para vencer al maligno, quien engañó a una tercera parte de los ángeles, allá en el cielo. Y luego, en el huerto de Edén, engaña al hombre, induciéndole a comer del fruto del árbol prohibido; ofreciendo la oferta de llegar a ser como Dios, al saber el bien y el mal. El engaño y la desobediencia, fueron la causa de la expulsión de Adán y Eva; y la pérdida de la comunión posteriormente con Dios. También el diablo atacó a Job, quien estando en esas fuertes pruebas, perdiendo a sus hijos y sus posesiones, y aun con la oposición de su mujer, expresa lo siguiente: “…He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia” (Job 28:28).

La reunión del retiro de jóvenes en San Pedro, San Marcos, el 29 y 30 de julio, dio inicio con la bienvenida, por parte de los niños, jóvenes y los cuatro pastores locales. El domingo se dio la oportunidad a varios representantes de las congregaciones del país y a representantes de Tapachula, México y de Soyapango, El Salvador, a quienes se les permitió dirigir alabanzas y externar sus sentimientos.

El primer tema tuvo como base: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). Y: “…Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Co. 1:24).    Las promesas del Señor sólo se consiguen si nos humillamos para suplicar el perdón de nuestros pecados, para morir al mundo, a la carne y recibir el don del Espíritu Santo. Con ese recurso divino se vence todo, especialmente el aspecto sexual, como el adulterio, la fornicación, la inmundicia y la lascivia. Deseamos que con la exposición, los asistentes se preocupen por entender y conocer el poder del Espíritu Santo. Recordando que: “…el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (Ro. 8:6).

         El problema se dará en los adolescentes, si los padres no guían a los hijos en su niñez, cumpliendo la petición del Señor: “…Dejad a los niños venid a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mt. 19:14). Ejemplo nos da la palabra, al entender el amor a Dios y al prójimo, así como instruyeron a Timoteo, su madre y su abuela. Las Escrituras dicen: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn. 1:12). “…como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir…” (1 P. 1:15). “Seguid la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor” (He. 12:14).

         Otro de los temas en el retiro fue: “La convicción”. Y fue expuesto lo que se refiere al conocimiento y entendimiento de nuestros principios en la iglesia, para glorificar a Dios por el entendimiento de la palabra. Si hay fe y amor, seremos justificados por la palabra que nos limpia y nos da entendimiento para vivir en paz. Y anunciaremos a toda criatura las buenas nuevas de salvación. Preparándonos para servir y morir como Cristo nos enseñó. Siendo necesario para esta nueva vida, oír y entender la palabra. Si estamos en Dios y en su Hijo Jesucristo, podremos entender y discernir lo bueno y lo malo que hay en el mundo.

El mundo ofrece satisfacer los deseos de la carne, los deseos de los ojos y las glorias vanas, para apartarnos y alejarnos de Dios. Y para ello, usa la publicidad, las redes sociales, la pornografía, las drogas, el licor, etc. Los países desarrollados gozan de todas las atracciones del mundo, se vuelven esclavos del pecado y pierden la conciencia sobre los valores eternos. Por eso hablan y experimentan con la libertad de género, avalados por los gobernantes, cumpliéndose así la profecía de la venida del Señor, que sería como en los días de Noé.

Cristo no obliga, él invita a seguirle y a servirle por amor. Él dijo a los discípulos: “…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mt. 16:24). “…y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mt. 10:38).

Hermanos, preparémonos para el fin así como lo hizo Noé, pregonero de justicia, trabajando con fe y rescatando a su familia. Busquemos la llenura del Espíritu Santo y: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió” (He. 10:23). Que Dios les bendiga. Amén.