El hombre sin el conocimiento de Dios, es movido espiritualmente para buscar cómo satisfacer los deseos de la carne, de los ojos y las glorias vanas que ofrece el mundo. En los países hay una mayoría de personas que por no tener el recurso económico o la formación intelectual apropiada, buscan emigrar del área rural a la ciudad, en donde mejoran sus ingresos. Pero por no conocer ni temer a Dios, lo que ganan lo gastan sin sabiduría. Además de la inclinación a la avaricia, donde surge el amor al dinero, que es la raíz de todos los males. En este país hemos atravesado cambios para salir del sub desarrollo. Donde tiene importancia el cambio social, de pobre a rico.

Guatemala ha tenido gobernantes con la visión de cambiar el nivel económico, en especial por las familias del área rural, donde se tiene como recurso, el uso de la tierra para mejorar el ingreso familiar y el ingreso de divisas. En este proceso, antes de la segunda guerra mundial, llegaron al país personas de Alemania, quienes promovieron la producción de café con fines de exportación. Esta actividad usó mano de obra campesina para sembrar y cosechar el café para ser exportado.

El precio era tan bueno que se le dio el nombre de: grano de oro. Era la época en la que el quetzal, nuestra moneda, valía igual que el dólar. Por la guerra, los alemanes dejaron el país y los cultivos, y se perdió el beneficio para tratar el grano. Cambió la administración y eso fue fatal. Hay que recordar las ocasiones en que dos gobiernos revolucionarios, con el fin de ayudar al campesino, hicieron cambios en la producción agrícola. Así se quitó el dominio de las bananeras al capital norteamericano y se entregaron parcelas a campesinos, para la producción de granos básicos y ganado. Lamentando que los beneficiados, por no conocer a Dios, malgastaron parte de los fondos en los bares y prostíbulos.

 

Desarrollo y cambio

Vale mencionar que el primer gobernante, mejoró la educación primaria y básica, más la creación del seguro social. Esto fue positivo para la economía y la salud de los trabajadores que no podían entrar a un centro de salud. Guatemala experimentó un golpe de estado, pasando a ser gobernada por políticos, que ofrecieron sacar al país del sub desarrollo. Ellos usaron el nombre de Cristo, pero los resultados muestran el engaño.

El actual gobernante cumplió un año de gestión, teniendo que enfrentar la pandemia, que Dios permitió para que su iglesia despierte. Porque escrito está, que habrá violencia afectando la fe y el amor, en los que oímos y entendemos la palabra.

El cambio que los gobiernos han ofrecido e intentando no se ha visto. La migración al norte, calificado como el “sueño americano”, se está incrementando, con el agravante que hoy están emigrando niños, adolescentes y jóvenes, para cambiar su nivel económico. Haciendo travesías en caravanas, ya no sólo por lo económico, sino por la violencia; ratificando con esto, que el mundo está bajo el maligno, que engaña, mata, roba y destruye.

La deportación de menores de EE.UU subió un 35.8%, 111 mil menores de edad guatemaltecos han migrado a EE.UU entre el 2015 y 2020. La economía los atrae. Es un imán para las familias guatemaltecas en pobreza. El CIPRODIN recuerda que antes de la emergencia, el 60% de las familias de los guatemaltecos viven en pobreza; y los envían para que contribuyan con el sostenimiento del hogar, agregando que la violencia sistemática y el acoso sexual, también son razones por las cuales los menores de edad deciden emigrar (Prensa Libre 09/01/2021). Los que están trabajando en EE.UU, en el 2020 enviaron a las familias $ 11,340.40 millones por remesas. Y estos ingresos recibidos, se destinan a la demanda de consumo de bienes y servicios, incluyendo en esto la salud (Prensa Libre 13/01/2021).

El crecimiento de la ciencia, se da como respaldo a la profecía de Daniel: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Dn. 12:3-4).

El Señor, en su primer discurso dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor” (Lc. 4:18-19). Él vino en humildad a buscar a los necesitados de paz, amor y esperanza. Nos enseñó y murió, pero resucitó. Y dice la palabra: “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino (…) Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen” (Pr. 3:13-14 y 18).

          Sirva el cuadro expuesto de nuestro país, para entender el amor de Dios y el amor que debemos mantener al prójimo. Para que esto se dé en nuestra vida, necesitamos oír a Dios, morir al mundo, nacer de nuevo y recibir la llenura del Espíritu Santo. Si su mente está en busca de la ciencia que engaña, espere la gracia de Dios que nos recuerda que: “…el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mt. 23:12).

En la nueva vida se obtiene el cambio, por esa fe que vence al mundo y agrada a Dios. Si oímos la palabra y escudriñamos las Escrituras, encontraremos el camino al Padre y la verdad que nos hace libres del mundo y de la carne. Recordemos: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Ro. 8:16-17). Con esta promesa tenemos el cambio y desarrollo de nuestra fe y amor a Dios y al prójimo. Amén.