“Sé fiel hasta la muerte”

13 diciembre, 2025

“No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Ap. 2:10). Estas palabras tan alentadoras de Dios, fueron también un recordatorio para la iglesia de Esmirna para permanecer fieles aun en medio de las pruebas.

Y es que en los momentos más difíciles es cuando se sabe quién es quién. Llama la atención el significado del nombre «Esmirna» (mirra), que despide su olor cuando es lastimada o machacada. La intención de Satanás, al venir las pruebas o adversidades, es desmotivarnos. Pero no lo logrará, cuando encuentra en aquellos que han de recibir la corona de la vida, una característica tan especial, como lo es: «la fidelidad».

En todas las dispensaciones a lo largo de la historia, conforme Dios va recolectando a los que han ser herederos de la salvación, esta calidad que Dios busca, de ser fieles, tendrá que mantenerse durante nuestra estadía sobre esta tierra. Y lo maravilloso es que quedará plasmado en nuestro espíritu por toda la eternidad. Es como el oro, entre más se pule, más brillo tendrá. En las Sagradas Escrituras encontramos ejemplos de personas que fueron tan leales, aun a las indicaciones de otro hombre.

Un ejemplo es el de los recabitas, leamos: “Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino. Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; ni edificareis casa, ni sembrareis sementera, ni plantareis viña, ni la retendréis; sino que morareis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó (…) Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y dí a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? dice Jehová” (Jer. 35:5-8 y 12-13).

Llama poderosamente la atención, cómo estas familias no eran israelitas y ellos fueron fieles a su linaje. Y Dios tiene que ponerlos como ejemplo delante de su pueblo para una reflexión tan grande, de cómo fueron tan fieles a las indicaciones e instrucciones de sus principios. Los que hemos de ser salvos, debemos mantener nuestra fidelidad en todo momento, para que se cumpla lo que está escrito en la palabra del Señor: “Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados y pocos escogidos” (Mt. 22:13-14).

Dios está en todo su derecho de escoger a los que ha de llevar a la eternidad y a los que han de ser escogidos. Es imprescindible demostrar esta característica de fidelidad. También lo podemos confirmar en las Escrituras, cuando dice: “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para estén conmigo, El que ande en el camino de la perfección, este me servirá” (Sal. 101:6).

De la misma manera como estimuló Dios a la iglesia de Esmirna a que permaneciera fiel hasta la muerte, así también lo hace hoy con nosotros. Porque fiel significa: «no salirse de la ruta trazada, de la línea marcada». Dios nos estimula a que no debemos de perder estos valores que nos llevan a la eternidad: la santidad, el temor, la mansedumbre, la reverencia, la obediencia, etc.

En su momento, Dios tuvo que reclamar a su pueblo Israel porque no fue fiel para con él. Leamos: “A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu” (Sal. 78.7-8).

En el Nuevo Testamento, también el Señor advierte a la iglesia, sobre el peligro de ser desviados, influenciados o contaminados, de cualquier sentimiento que nos aparte de nuestro verdadero propósito. Y por medio del apóstol Pablo, nos dice: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Co. 11:3).

Recordemos las palabras de nuestro Señor Jesucristo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo poco es injusto, también en lo más es injusto” (Lc. 16:10). Las circunstancias y las pruebas sólo determinan el espíritu y la forma que hay dentro de cada uno de nosotros.

Que Dios nos ayude hoy como iglesia, ya que dentro de la congregación han estado y han pasado muchos que no han sido fieles de espíritu. Así como también han pasado otros que Dios ya los coronó por ser fieles hasta la muerte. Que Dios les bendiga. Amén.