La justicia en el mundo y en la iglesia

13 agosto, 2016

La Justicia en el mundo y en la Iglesia

En el mundo por no conocer a Dios que es la verdad, se valora la ciencia terrenal, que crece, y la fe escasea y el amor a Dios y al prójimo se enfría; los que nacimos de nuevo, al oír a Dios que es espíritu, gozamos la paz que el mundo busca, por no creer en la verdad que da libertad y la vida eterna. El mundo y su ciencia que engaña y daña, la ecología, la salud, dando beneficios económicos a pocos y a los pobres, sometiéndoles a desnutrición, hambre, mas la contaminación, del ambiente con el CO2 y la muerte de los peces que se alimentaban y nos alimentaban, por el efecto residual de los productos químicos que usan los grandes productores, y la contaminación de aguas servidas, de fábricas y de ciudades; afectando la salud la economía, en especial a las familias que viven del campo, de los productos naturales. Sumemos a esto, la corrupción que esperan frenar con la ayuda de justicia que viene del exterior. Agreguemos, la producción de drogas, que demandan los países desarrollados; en este negocio los círculos que se enriquece por la demanda beneficiando a narcotraficantes, y a los estudiados para recetar y vender tranquilizantes que necesita la comunidad que busca dinero y una paz efímera experimentan los que no buscan a Dios, y por ello tienen miedo a todo, mas a la muerte, por no creerle a Dios y a su palabra; a los que oímos a Dios y le amamos, tenemos la fe que Dios da a su pueblo.

¿Cómo vive el pueblo de Dios en el tiempo del fin? Estamos en el evangelio que trajo las buenas nuevas; porque la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Más el justo por la fe vivirá (Ro 1:7) siendo luz en las tinieblas del mundo; sabiendo que el mundo pasa y sus deseos, pero si hacemos la voluntad de Dios, permanecemos para siempre.

Recordemos lo que Dios le dijo a Josué, que llevaría al pueblo a la tierra prometida: No te olvides de la ley para prosperar y que todo te salga bien “Mira que te mando que  te esfuerces y seas valiente no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas” (Jos 1:9). Nosotros tenemos al mismo Dios y esta promesa: “Cielos nuevos y tierra nueva donde mora la Justicia” (2 P 3:13).

La Justicia de Dios nos define así: En esto se manifiesta si somos hijos de Dios o del diablo: Todo aquel que no hace justicia, y no ama a su hermano, no es de Dios (1 Jn 3:10); el que hace justicia es nacido de Dios; muriendo al mundo y naciendo del agua y del espíritu.  

Recordemos que lo que sembramos, vamos a cosechar. Jesucristo dice a sus hijos: Mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo (Jn 14:27), porque el perfecto amor hecha afuera todo temor.

¡La Justicia sin Dios no existe! porque justo no hay ni uno, porque no hay quien busque a Dios, de donde nadie hace lo bueno, la boca engaña, está llena de maldición y amargura, corren para matar, “sus caminos son quebranto y desventura, no conocen el camino de paz, no temen a Dios” (Ro 3:10-18).

Si escuchamos la palabra de Dios y la guardamos, se ve el fruto si somos buena tierra, o sea humus, que dejó su pasado, se anonadó, Cristo nos habla: Aprendan de mi que soy manso y humilde de corazón y hallareis descanso para el alma (Mat 11:29)

No olvidemos que para Dios, la religión será: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarnos sin mancha del mundo (Sant 1:27)

Hermanos Dios en su misericordia nos sacó de las tinieblas, y nos ha dado de su espíritu para ir al mundo Justificados llevando la buenas nuevas a los pobres, ciegos… Señor ayúdanos a llevar tu justicia a toda criatura sin olvidar que toda injusticia es pecado, y la paga del pecado es muerte. Amén.