Jóvenes En La Extensión De La Palabra

3 junio, 2025

Nuestro Señor Jesucristo dejó la gran comisión a sus discípulos de anunciar el evangelio, que son las buenas nuevas de salvación. Predicando el mensaje a toda criatura. Iniciando en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Para que el que crea, dé frutos de obediencia y busque el bautismo, como esa aspiración a una limpia conciencia, para dejar atrás el mundo y sus deseos. Y ser salvos por medio de la gracia del Señor, de esta perversa generación y de la condenación que pesa sobre el hombre por el pecado.

Ante la maldad del hombre, el Señor busca y da oportunidades a aquellos que desean algo mejor para el alma; aquellos que anhelan cambiar en medio de un mundo que se ha corrompido. En este contexto surge la iglesia “Ágape”, hoy llamada: “Avivando La Fe”, la cual durante más de cuatro décadas ha experimentado un crecimiento estructural y teológico. Dando testimonio de la presencia de Dios y siendo testigos de su poder y sus obras. Funcionando sin el apoyo de ninguna misión local ni extranjera.

Durante todo este tiempo hemos sido sostenidos por la bendita palabra de Dios y su Espíritu Santo, el cual tocó el corazón de un grupo de jóvenes, quienes tenían un grupo musical en aquel entonces. Y estos muchachos, además de cantar, querían vivir el mensaje de aquellos himnos y cantos que cantaban. Recordemos que la religión se encarga de crear ambientes para llenar el corazón de emociones. Pero algo muy distinto es tener un encuentro personal con Dios, en donde la vida cambia por completo.

Y fue precisamente en la participación de un retiro, en donde Dios los llevó para que empezaran a vivir lo que cantaban. Teniendo una experiencia sobrenatural, en donde Dios los llamó como parte de aquellas ovejas que habían sido encontradas por el pastor. Con esa motivación, continuaron reunidos como miembros de la iglesia donde participaban. Y siendo movidos a escudriñar la palabra. Al año de esa experiencia sobrenatural, Dios permitió que los directivos de la iglesia y el pastor realizaran un servicio especial, en donde oraron para que los jóvenes continuaran sus actividades de forma independiente.

El proceso se inició, teniendo las primeras reuniones en un cuarto. En donde antes de iniciar el servicio, se clamaba la presencia de Dios para recibir el mensaje. Los días domingos se compartía la palabra en el parque central. La presencia de Dios se derramaba en aquellas reuniones. En donde además de la palabra, hubo visiones de la extensión de la obra de Dios por todo el país. El crecimiento obligó a buscar locales más amplios en varias ocasiones. Llegando al lugar actual donde nos encontramos. Y posteriormente se compra el Aprisco, en donde se realizan muchas actividades, incluyendo el Retiro general, en el cual nos reunimos más de cuatro mil personas.

A lo largo de este tiempo, la iglesia “Avivando La Fe”, da cobertura y asistencia a más de cuarenta congregaciones o iglesias filiales en el país. Más las congregaciones fuera del país como lo son: San Pedro Sula, en Honduras; Soyapango, en El Salvador; más de cinco lugares diferentes en los Estados Unidos; la congregación de Tapachula y Tabasco, en México. Gracias al Señor por su palabra y la extensión del evangelio.

El proceso de la extensión del evangelio nos hace recordar el trabajo que inició con los dos hermanos pastores anteriores. Ahora, la iglesia funciona a cargo del Consejo Pastoral. Atendiendo y visitando las iglesias en el interior, con la colaboración del diaconado en un trabajo misionero, que nos fue encomendado por el Señor. Teniendo también, con el paso de tiempo, la oportunidad de ver llegar a la meta a varios pastores y diáconos, compañeros de batalla, que han dado su vida por la obra y que guardaron la fe en su carrera.

En la actualidad se realizan retiros para jóvenes, en diferentes partes del interior del país, con una afluencia considerable en cada retiro. Y los jóvenes se preparan con anticipación para poder compartir el amor que Dios ha derramado en ellos. Porque en este tiempo la fe decae, el amor a Dios se enfría y la ciencia se acrecienta. La palabra nos dice: “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Ro. 15:5-6).

Recordemos y mostremos en casa la palabra del reino de los cielos para la salvación de las almas. Leamos: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2 Co. 1:3-4).

En mi experiencia, recuerdo con gratitud la ayuda de Dios a mi vida. Respondiendo a mis oraciones, en la búsqueda de respuestas ante la pérdida de mis seres queridos. Primero, mi padre; luego mi esposa; y después, mi hija. Mi clamor tuvo respuesta al recibir el consuelo y la paz con la palabra que dice: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil. 1:21).

Este es el mensaje que nos mueve a mantenernos en el camino, escudriñando y esperando la voluntad del Señor o la venida por su iglesia. Dios no hace acepción de personas. Tengamos fe, amor y esperanza, para perseverar en la extensión del evangelio. Que Dios les bendiga. Amén.