Con el ánimo de velar por el crecimiento de la iglesia, el consejo pastoral con el apoyo del diaconado y bajo la guianza del Señor, permitió reunirnos con los pastores y colaboradores de las diferentes congregaciones que funcionan en: México, Honduras, El Salvador y treinta y dos grupos de Guatemala, que fueron atendidos en El Aprisco el 19 y 20 de junio de 2015. Vale mencionar, que cada quince días tenemos el gozo de reunirnos con los pastores, diáconos y colaboradores, para recibir doctrina y tener la comunión que nos hace sentir parte de nuestros hermanos y de su iglesia, por la palabra que recibimos y sobre todo la bendición que Dios derrama, cuando unidos le buscamos para oír su palabra, que nos lleva a no olvidar que somos la iglesia que él fundó para la expansión de las buenas nuevas y salvación de nuestras almas. Esto nos mueve a la unidad y que conozcamos la santidad, la autoridad y el compañerismo que nos dejó el Señor. Esta carta es para transmitir a la congregación la doctrina, el espíritu que se movió, y poner en práctica lo que recibimos de nuestro Señor y Maestro.
Tema I: La administración, mayordomía o ministerio para edificar a la iglesia: Pablo nos recuerda: “…si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada…” (Ef. 3:2). Pablo fue un ministro para anunciar la palabra de Dios leamos: “…fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios…” (Col.1:25). Sin olvidar que debemos cuidar la casa donde vivimos y donde nos reunimos; aun nuestro cuerpo, porque es para servir a los hermanos, al Señor y al prójimo.
Tema II: El objetivo de conocer a Dios para entender a nuestros hermanos y servir al prójimo, que esperan de nosotros entregarles la forma para el cambio y la vida eterna, leamos: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”(He. 4:12). Oseas dijo: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Os. 4:6). El Señor dijo: “…y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn.8:32). “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna…” (Jn.5:39). “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Sal. 19:7).
Todo lo que pasa en el mundo es el cumplimiento de lo que Dios nos da a conocer, para que vivamos en paz en medio de la tormenta que aflige a los que no oyen la palabra.
Tema III: La Administración en el hogar: Esta es la responsabilidad de todo hermano que tiene hijos, de recibir la atención, instrucción y el ejemplo de lo que nos da la iglesia, si esto no se hace, es por falta de amor al prójimo. Cada padre debe ministrar en la familia lo bueno que Dios espera de los llamados y convertidos.
Leamos: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre…” (Pr. 1:8). “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Pr. 22:6). Pablo le recuerda a Timoteo que desde niño le enseñaron las escrituras (en el hogar) las cuales le pueden hacer sabio para la salvación, por la fe que es en Cristo Jesús. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2Ti. 3:16-17). No olvidemos que en la casa somos parte del cuerpo de Cristo que es la cabeza de la iglesia.
Tema IV: No nos olvidemos de los pobres: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2.Co.8:9). Esta es la actitud del apóstol Pablo por los pobres de Jerusalén. Pablo y Bernabé, fueron enviados a los gentiles para dar a conocer la palabra. “Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres…” (Ga.2:10). Para conseguir ayuda para los pobres escribe: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas” (1Co.16:2). Jesús mencionó que viene el juicio para las naciones y dirá a los que ayudaron a los pobres: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mt. 25:40). Pidamos a Dios de su Espíritu para no olvidar la doctrina y ser oidores olvidadizos. ¡Gracias Señor por la enseñanza! Te rogamos de tu Espíritu para amar y servir como Cristo nos amó y enseñó.