Hagamos bien a todos, mayormente a los de la fe

7 junio, 2015

En la revelación de San Juan, encontramos dos iglesias: Filadelfia, que indica el amor fraternal, leamos: “…aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Ap. 3:8 y10).

A la iglesia de Laodicea: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, o caliente!  Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.  …te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas y unge tus ojos con colirio, para que veas” (Ap. 3: 15-18).

¿Cuál es la condición de tu comunidad cristiana? No olvidemos que si hemos nacido de nuevo el fruto de la palabra y el Espíritu será: “…amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gá. 5:22). “…para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios…” (Col. 1:10). Recordemos que el Señor dice: “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos” (1Jn. 2:3).

Sabemos que la fe, Dios la da si oímos su palabra; con ella le agradamos y vencemos al mundo, leamos: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” (Stg. 2:15-16)

Entendemos como Filadelfia, la iglesia de Dios- David lo menciona en el siguiente pasaje: “Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará y le dará vida; será bienaventurado en la tierra y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos”  (Sal. 41:1-2).

Recordemos: “…Bienaventurados vosotros los pobres…  Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados” (Lc. 6:20-21).

Pablo a los corintios: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis  enriquecidos” (2Co. 8:9).  No te equivoques “El amor al dinero es la raíz de todos los males”, mejor comparte como lo hizo el Señor.

Leamos: “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido para los que le aman?” (Stg. 2:5). La fe es para permanecer, vencer y dejar el mundo: “Y  el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1Jn. 2:17).  El ministerio de Pablo y Bernabé, al ser enviados a  los gentiles: “Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual  también procuré con diligencia hacer” (Gá. 2:10).  Continúa “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gá. 6:9-10). Pablo nos menciona los deberes que debemos seguir los llamados de Jesucristo: “…servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría” (Ro. 12:7-8). “…compartiendo para las necesidad de los santos; practicando la hospitalidad” (v.13). “…asociándoos con los humildes” (v. 16). ¿Quiénes son los gentiles? Los que no son Israelitas; por ello, Pablo fue llamado apóstol de los gentiles. ¿Quiénes son los santos? Todos los creyentes somos llamados santos; llamados a vivir en santidad:  “…según nos escogió en el antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él…” (Ef. 1:4).

¿Hay necesidades en tu comunidad?  Amémosles como Cristo nos amó estando en pecado y nos justificó y nos enriqueció por la fe.