¡¡Despierta iglesia!!

10 mayo, 2015

Han transcurrido miles de años desde la manifestación de aquel humilde carpintero de Nazaret, el cual con su vida y su mensaje, provocó uno de los impactos más trascendentales en la historia de la humanidad. Dichos acontecimientos, ya no afectarían a una sola nación -Israel-, sino a toda la humanidad. La historia ha sido un testigo ocular de semejantes acontecimientos, los cuales no sólo están contenidos en los sagrados escritos de la Biblia, sino también en los anales de la historia, convirtiéndose ésta en una prueba indubitable de su existencia.  Aunque haya algunos que se empecinan en negar su existencia, chocan con la muralla de la historia. Cristo Jesús no es una leyenda, sino un agente activo en la historia humana. Él no escribió ni una sola palabra, pero sobre él han corrido ríos de tinta que confirman su existencia.  Él y su evangelio serían la herida provocada a la bestia que surgía del mar y fue sanada. Imagínese a un humilde e insignificante hombre, hijo de un carpintero, quien provocaría semejante herida al monstruoso  imperio romano. Lo que comenzó como un pequeño alboroto en una insignificante parte del mundo llamada Judea, se convirtió en el más grande movimiento salvífico de toda la humanidad.  Su mensaje no ha envejecido ni su poder se ha acortado, son los miembros de la iglesia  -como el Señor Jesús le puso por nombre “Ekklesia”, que significa: “un llamado fuera de”, léase Mateo. 16:18–   los que han perdido el poder transformador sobre una humanidad que sigue siendo gobernada por la “bestia” (Satanás). Lastimosamente la herida ha sanado, léase Apocalipsis 13:3-4,   porque la iglesia ya no lastima a la bestia y su sistema ha sanado por la impotencia espiritual de la iglesia, la cual cada día es absorbida y fascinada por el poder engañoso del diablo. La iglesia moderna ha dejado que Satanás llegue hasta el lugar santo (púlpito) y desde allí engañe a las multitudes, que hambrientas de oír se deleitan en la carne, al son de música moderna y danzando al ritmo de ella se divierten, sin darse cuenta que su alma agoniza por falta de alimento espiritual que los nutra.  ¡Despierta iglesia amada por Dios! Tu Salvador vive y si él viniera hoy ¿cómo te encontrará? No seás partícipe con el mundo y sus prácticas, en otro tiempo fuimos tinieblas, mas por el maravilloso milagro de Cristo, ahora debemos ser luz en el Señor; andemos como hijos de luz, experimentando a través de nuestro diario vivir, en donde quiera que estemos y a través de lo que hacemos, lo agradable que es servir al Señor.  Reprendamos el pecado en donde quiera que estemos: trabajo, hogar, con las amistades, etc.  Nunca nos olvidemos que muchos pecan por ignorancia, aun los que profesan ser creyentes, pero dice la palabra de Dios: «Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz (la palabra de Dios) es lo que manifiesta todo» (Ef. 5:13).  Vamos iglesia de Cristo: «Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo» (v. 14).  Despertemos de ese sueño mágico y diabólico en el cual ha caído la iglesia del siglo XXI. Los hombres se espantan de las enormes tragedias que han acontecido en los últimos años, tales como: la 1era y 2da Guerra Mundial, maremotos, tsunamis que han provocado en cuestión de minutos, cientos de miles de muertos. Devastadores terremotos que han segado la vida de miles de hombres y niños. Amenazas de conflictos bélicos atómicos, lo cual ha hecho temblar a las naciones del mundo; guerras y rumores de guerra por todos lados; la aparición de pandillas (maras) y su consecuente deterioro moral, espiritual y físico, llegando al extremo que en sus cultos satánicos ofrecen vidas humanas, desmembrándolas y esparciendo por todos lados las partes del cuerpo, etc. Y pensar que todo esto es el reino de Satanás, y la iglesia ¿qué hace? Nosotros los creyentes, nos complacemos en hacer cultos espectaculares dentro de las cuatro paredes de un determinado lugar al cual llamamos iglesia, y nos olvidamos que nosotros tenemos un enorme compromiso y es: “ser luz en medio de las tinieblas”.  Despierta iglesia, que no nos acontezca lo que Jesús profetizó: «Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la media noche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!» (Mt. 25:5-6).  Recuerde que las cinco vírgenes insensatas no llenaron sus lámparas con aceite (Espíritu Santo) y les pidieron a las prudentes que les dieran pero no quisieron darles, cuando ellas reaccionaron, regresaron diciendo: «¡Señor, Señor ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.  Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir» (v. 11-13).  Mi querido hermano ¿cómo está usted? ¿Despierto o dormido? Su testimonio es el que habla por usted:  «Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria» (Is. 60:2).  Vamos hermano, exhiba la luz de Cristo en su vida.  Amén.