Para América Latina, se promovió y financió por agencias internacionales, la producción de alimentos para suplir la demanda y consumo en los países desarrollados. En Guatemala, esta actividad la atendía el Ministerio de Agricultura, con limitaciones económicas y sin el personal conocedor de esta tecnología, siendo necesario enviar a los estudiantes al extranjero. En Costa Rica, el Instituto Interamericano abrió la carrera para formar al personal. Y contando con profesionales especializados, se inició la investigación y planificación de los programas respectivos que llevan cincuenta años de vigencia. Período en el que las universidades de cada país, han ampliado carreras. En Guatemala, de contar con una universidad, hoy contamos con más de doce; sumándose a ellas, la creación de carreras que funcionan los días sábados y domingos.

En el año de 1976, en Guatemala hubo un terremoto que derrumbó construcciones de adobe y la pérdida de más de veinte mil personas. La ayuda internacional llegó con alimentos, ropa y la presencia de entidades religiosas. Además de dejar aportes económicos, hubo grupos que dejaron a su familia. Y formaron equipos de trabajo que permanecieron en el país por meses y algunos por años, enseñando la unidad y la tecnología, surgiendo los grupos ecuménicos formados por grupos locales, practicando un evangelio que se ocupa de lo material, sin interesarse por la santidad ni por la salvación de las almas.

Estamos en los tiempos del fin. La violencia se ha venido acrecentando en las últimas dos décadas. Siendo más notoria esta conducta en la juventud. Muchas familias emigran de su país o de su residencia. Hoy, cada día hay grupos de jóvenes, incluyendo mujeres, extorsionando y asaltando. El gobierno se esfuerza, pero no han podido contener los efectos del príncipe de este mundo. Quien sabiendo que su fin se acerca, está matando, robando y destruyendo. Teniendo como agravantes, la lentitud de la justicia y la incapacidad de los reclusorios. Dios ha dejado a su iglesia ante este fenómeno social. Y para que se cumpla la palabra, el amor de muchos se enfriará.

El surgimiento de más centros educativos nacionales o privados, confirman que la venida del Señor está cerca. Y como consecuencia de la importancia que tiene la formación técnica o científica, podemos ver jóvenes enorgullecidos de su formación intelectual. Ante esto, nos dice la palabra que el justo por la fe vivirá. Y la fe viene por oír la palabra de Dios. Recordemos que Dios nos amó y nos dio de su Santo Espíritu para deleitarnos en su ley, leamos: “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará” (Sal. 1:2-3).

Salomón dice a los jóvenes y adolescentes, que lo que se hace fuera de la guianza divina es vanidad, y declara: “…No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ec. 12:12-14). Hermano, amigo, si has sabido del pueblo de Israel, recordarás lo siguiente: “Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos” (Dt. 4:9).

Los mandamientos fueron claros y difíciles, pero la sabiduría de Jesucristo lo resume: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: AMARÁS a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro. 13:8-10).

Si trabajas o estudias, sólo con la intención de comprar y obtener las cosas materiales, entiende que el amor al dinero es la raíz de todos los males. Pablo al joven Timoteo le dice: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén” (1 Ti. 6:20-21).  Recordemos que el conocimiento de la verdad nos librará del maligno. Que Dios te bendiga. Amén.